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Nuestra historia

Inspiración histórica para quienes informan, denuncian y transforman desde México y el extranjero

Luis Manuel Rojas: La voz que no se doblegó

 

En un rincón de Jalisco, llamado Ahualulco de Mercado, nació en 1870 (algunas fuentes citan 1871) un hombre que marcaría el rumbo democrático del país: Luis Manuel Rojas Arreola. Su vida fue un testimonio de valor civil, entrega intelectual y profunda vocación por la justicia. Fue abogado, periodista, profesor y político, pero, sobre todo, una conciencia firme en tiempos de traición y silencio.

Una voz frente al poder

Durante su paso por la Cámara de Diputados, Rojas fue parte del Bloque Liberal Renovador que respaldó al presidente Madero. En febrero de 1913, cuando se consumó la traición del cuartelazo, fue uno de los cinco diputados que se negó a aceptar la renuncia forzada de Madero y Pino Suárez. Su texto “Yo acuso”, responsabilizando al embajador estadounidense Henry Lane Wilson, fue una declaración frontal que lo llevó a la cárcel durante el régimen huertista.

 

Pero ni la prisión ni el miedo doblegaron su voz. A su salida, se unió al constitucionalismo del Presidente Venustiano Carranza y colaboró en la redacción del Plan de Guadalupe.

Arquitecto de la Constitución

Su momento culminante llegó en 1916, cuando fue electo presidente del Congreso Constituyente de Querétaro. Desde ahí, condujo los debates que forjaron la Constitución de 1917, garantizando derechos laborales, reparto agrario, educación laica y autonomía municipal. Al clausurar los trabajos, dijo:

                  ⁠"Cinco años de lucha enseñan más que cinco siglos de vida tranquila".

Su legado vive en quienes alzan la voz

Luis Manuel Rojas también fue director de la Biblioteca Nacional, diplomático, periodista y promotor cultural. Murió en 1949, pero su ejemplo sigue vigente.

 

En Alzavoz, lo tomamos como faro. Porque creemos que informar es un acto de valentía, y que desde cualquier rincón del país —o desde cualquier ciudad del mundo donde viva un mexicano en el extranjero— alzar la voz es construir país.

¿Por qué nos inspira hoy?

Porque denunció con nombre y apellido. Porque usó la tribuna como espacio de dignidad. Porque supo que la verdad no siempre es cómoda, pero sí necesaria. Y porque demostró que desde la palabra se puede cambiar la historia.

En tiempos donde las libertades se tensan y los silencios se compran, Luis Manuel Rojas nos recuerda que callar no es neutralidad: es renunciar.

 

Conoce la historia. Sé parte de Alzavoz

La historia de Luis Manuel Rojas no es solo un capítulo del pasado: es una invitación al presente. A participar. A informarse. A decir lo que otros callan. A denunciar lo que duele. A defender lo que importa.

 

Desde cualquier punto de México o del mundo, tu voz cuenta. Tú también puedes ser parte de este esfuerzo colectivo por contar lo que pasa, lo que nos mueve, lo que nos une.

 

Súmate a Alzavoz: Infórmate. Comparte. Escribe. Levanta la voz con nosotros.

 

Porque en México y más allá de sus fronteras, alzar la voz es un acto de dignidad.

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