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Stanford identifica cristal (strontium titanate) con propiedades superiores a bajas temperaturas; impulso a la fotónica cuántica

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    Redacción
  • hace 4 días
  • 2 Min. de lectura


La disponibilidad de un material económico y robusto para dispositivos criogénicos puede facilitar proyectos de investigación y colaboración con universidades e institutos mexicanos en fotónica cuántica y aplicaciones espaciales.
La disponibilidad de un material económico y robusto para dispositivos criogénicos puede facilitar proyectos de investigación y colaboración con universidades e institutos mexicanos en fotónica cuántica y aplicaciones espaciales.


Investigadores de Stanford publicaron hallazgos sobre el perovskita strontium titanate (SrTiO₃, STO), que muestra un comportamiento óptico y mecánico excepcionalmente mejorado a temperaturas criogénicas —es decir, su desempeño no decae sino que se intensifica cerca del cero absoluto. 


El equipo reporta que ESTO exhibe efectos electro-ópticos y piezoeléctricos que lo hacen hasta decenas de veces más eficiente que los materiales comúnmente usados en tecnología fotónica a baja temperatura; por tanto, se abre la posibilidad de usarlo en transductores cuánticos, switches ópticos criogénicos y componentes de interfaz entre fotónica y qubits superconductores.


 El descubrimiento está documentado en un artículo en Science y en notas de prensa de Stanford/ScienceDaily: los autores destacan la estabilidad, la punibilidad por campo eléctrico y la escalabilidad del material, lo que lo convierte en candidato atractivo para dispositivos que operan en entornos espaciales o en laboratorios cuánticos donde mantener propiedades ópticas a ultra bajas temperaturas es clave.


 Para México, el hallazgo implica varias oportunidades prácticas: grupos de investigación en universidades mexicanas (UNAM, IPN, CINVESTAV, centros de nano-fabricación) podrían integrar STO en propuestas para proyectos de fotónica cuántica o en colaboraciones internacionales; además, el material relativamente accesible podría facilitar formación experimental y prototipado local sin depender exclusivamente de materiales caros o difíciles de obtener.


 Desde una perspectiva industrial, el avance impulsa la cadena de valor de componentes para computación cuántica y sensores criogénicos, lo que puede motivar políticas de apoyo a investigación aplicada y proyectos conjuntos con empresas tecnológicas. 


Finalmente, el hallazgo reaviva el interés por estudiar materiales con propiedades no convencionales a temperaturas extremas, un área en la que la cooperación entre laboratorios académicos mexicanos y centros norteamericanos puede ser mutuamente beneficiosa. 


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