La historia de los boleros: un oficio cultural en peligro de extinción en México
- Redacción

- 4 sept
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Los limpiadores de zapatos, conocidos como "boleros", representan una tradición cultural arraigada en las calles mexicanas, particularmente en la Ciudad de México, donde forman parte del folclor junto a organilleros y camoteros. Este oficio, originado en el Reino Unido en el siglo XIX con el auge de zapatos de cuero, llegó a México durante la Revolución Mexicana y se consolidó en las décadas de 1930 y 1940, cuando lustrar zapatos era ritual antes de eventos sociales.
En 1936, bajo Lázaro Cárdenas, se fundó la Unión de Aseadores de Calzado del Distrito Federal (UACDF), aún activa con miles de miembros. Históricamente, involucraba a niños, práctica ahora obsoleta, y hoy atiende principalmente a oficinistas con métodos tradicionales: cepillado, jabón, grasa y pulido.
En un contexto de modernización urbana y cambio en modas, donde jóvenes prefieren tenis, el oficio enfrenta extinción, con datos del INEGI mostrando una reducción del 20% en oficios tradicionales desde 2010. Sin embargo, persiste en el Centro Histórico, con puestos fijos o portátiles, y boleros destacados por su habilidad conversacional. Implicaciones incluyen preservación de patrimonio intangible, reconocido por la UNESCO en listas de salvaguarda, y potencial turístico, atrayendo visitantes estadounidenses interesados en cultura callejera, con México recibiendo 35 millones de turistas al año según Sectur. Analistas culturales advierten que su desaparición erosionaría la diversidad urbana, proponiendo subsidios o museos vivos.
Relaciones con EE.UU. se ven en influencias como el "shoe shine boy" en Nueva Orleans, con intercambios en comunidades binacionales. Sheinbaum anunció iniciativas para oficios tradicionales en su informe, destinando 500 millones de pesos. Organizaciones como la UACDF buscan alianzas con EE.UU. para capacitaciones.
En resumen, los boleros simbolizan resiliencia cultural, ofreciendo lecciones de sostenibilidad en un mundo globalizado, con potencial para revitalizar economías locales y fortalecer lazos México-EE.UU. a través de turismo cultural.
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