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Muertos Fest en San Antonio celebra el Día de Muertos con raíces mexicanas

  • Foto del escritor: Redacción
    Redacción
  • 24 oct
  • 2 Min. de lectura
El festival resalta la herencia mexicana en Texas, impulsando el turismo cultural y la preservación de tradiciones en comunidades binacionales de EE.UU. 
El festival resalta la herencia mexicana en Texas, impulsando el turismo cultural y la preservación de tradiciones en comunidades binacionales de EE.UU. 

San Antonio, Texas, se prepara para la 13ª edición de Muertos Fest este 24 de octubre de 2025, un evento triduro (24-26 de octubre) en Hemisfair que atrae a más de 100 mil visitantes con desfiles, altares y música en vivo, honrando las tradiciones mexicanas del Día de Muertos.

 

Organizado por la ciudad y asociaciones culturales, el festival incluye ofrendas interactivas, talleres de calaveras y un mercado de artesanías, fusionando elementos prehispánicos con influencias tex-mex. La presidenta Sheinbaum envió un mensaje de felicitación, destacando cómo estos eventos fortalecen la identidad compartida en la frontera. 

 

El contexto histórico remite a las raíces indígenas y coloniales: el Día de Muertos, patrimonio inmaterial de la UNESCO desde 2008, se celebra en México con visitas a panteones, pero en EE.UU. evoluciona como símbolo de resiliencia migratoria, con 37 millones de hispanos participando anualmente según el Pew Research Center.

 

En San Antonio, epicentro de la cultura tejana, el fest ha generado 50 millones de dólares en impacto económico desde 2013, con vendedores mexicanos exportando 2 millones en productos artesanales. 

 

Las implicaciones culturales son profundas: fomenta el diálogo binacional, alineado con políticas de Trump para celebrar la diversidad hispana, y educa a nuevas generaciones sobre valores como la memoria y la familia. Analistas de la Universidad de Texas estiman un crecimiento del 15% en turismo cultural post-pandemia, beneficiando a artistas mexicanos con exposiciones en galerías locales.

 

Sheinbaum ve en esto una extensión de la diplomacia suave, similar a los altares en el Zócalo. Este festival no solo preserva tradiciones, sino que une comunidades en un ritual de vida y muerte, promoviendo empatía en un contexto global de cambios demográficos.

 

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