Grupo Carso firma acuerdo de 2 mil millones de dólares con Pemex para perforar pozos en Ixachi
- Redacción

- 30 sept
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En un avance clave para la industria petrolera mexicana, Grupo Carso, el conglomerado controlado por la familia del magnate Carlos Slim, firmó este lunes un acuerdo con Petróleos Mexicanos (Pemex) por hasta 1.99 mil millones de dólares para financiar la perforación y completación de hasta 32 pozos en el campo Ixachi, ubicado en Veracruz, a 70 kilómetros al sur de la costa del Golfo de México.
Este yacimiento, considerado uno de los hallazgos de gas natural más importantes en el país en más de dos décadas, representa un paso estratégico hacia la autosuficiencia energética de México, que actualmente es importador neto de hidrocarburos.
El contexto de este acuerdo se enmarca en la política energética de la Cuarta Transformación, impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, quien en marzo confirmó negociaciones con empresas de Slim para alianzas privadas que apoyen a Pemex, endeudado pero vital para la economía nacional.
Ixachi ya produce 93,000 barriles de crudo y 715 millones de pies cúbicos de gas al día desde 28 pozos existentes, y los nuevos desarrollos, a realizarse en un plazo de tres años, elevarán sustancialmente esta cifra, contribuyendo a reducir la dependencia de importaciones de gas desde Estados Unidos, que representan alrededor del 60% del consumo mexicano. Pemex pagará por cada pozo entregado en mensualidades a partir de enero de 2027, lo que alivia la carga inmediata de financiamiento para la estatal.
Las implicaciones para México son multifacéticas: no solo se potencia la producción interna, sino que se fomenta la colaboración público-privada sin comprometer la soberanía, un pilar de la administración Sheinbaum. Expertos estiman que el aumento en la extracción podría generar hasta 5 mil millones de dólares en ingresos fiscales adicionales en los próximos cinco años, beneficiando programas sociales y la transición energética ordenada.
En el ámbito bilateral, este proyecto complementa el flujo de gas hacia Estados Unidos bajo el T-MEC, fortaleciendo la integración regional y la estabilidad en precios para consumidores en ambos países.
La administración de Donald Trump, enfocada en la seguridad energética norteamericana, ve en estas alianzas oportunidades para un comercio equilibrado, evitando tensiones y promoviendo inversiones mutuas.
Además, el acuerdo alinea con esfuerzos globales por diversificar fuentes de energía, reduciendo vulnerabilidades ante volatilidades geopolíticas. En resumen, este pacto no solo revitaliza Pemex, sino que posiciona a México como un actor proactivo en el mercado energético de Norteamérica, asegurando beneficios económicos y ambientales a largo plazo.
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