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China utiliza México como puente para eludir aranceles estadounidenses

  • Foto del escritor: Redacción
    Redacción
  • 30 sept
  • 2 Min. de lectura
Esta dinámica posiciona al país como hub logístico clave en Norteamérica, impulsando el nearshoring y generando hasta 500,000 empleos en manufactura, aunque requiere mayor vigilancia para cumplir con el T-MEC y fortalecer la soberanía económica.
Esta dinámica posiciona al país como hub logístico clave en Norteamérica, impulsando el nearshoring y generando hasta 500,000 empleos en manufactura, aunque requiere mayor vigilancia para cumplir con el T-MEC y fortalecer la soberanía económica.

En un contexto de tensiones comerciales globales, México se consolida como un actor pivotal en las cadenas de suministro internacionales, sirviendo de puente para que China eluda los aranceles impuestos por Estados Unidos desde 2018.

 

Según un informe del Brookings Institution, tres estrategias principales —transbordo de mercancías, integración en cadenas productivas e inversión extranjera directa (IED)— han permitido a Pekín mantener su flujo comercial hacia Washington, con México como la ruta preferida gracias a su proximidad geográfica y los beneficios del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). 

 

El transbordo implica el envío de productos chinos a puertos mexicanos, donde se reempacan mínimamente antes de exportarse a EE.UU. con origen nacional, evitando tarifas de hasta 25%. Datos revelan que las importaciones mexicanas desde China crecieron 40% desde 2018, mientras las exportaciones a EE.UU. aumentaron 50%, alcanzando más de 500 mil millones de dólares anuales.

 

En sectores como el acero, México duplicó sus envíos a EE.UU. tras un incremento del 80% en compras a China. La integración productiva es aún más profunda: el 30% del valor de las exportaciones mexicanas incorpora insumos chinos, comparado con el 10% en Canadá. El automotriz ilustra esto: las importaciones de partes chinas subieron 94%, permitiendo a empresas como General Motors exportar vehículos con aranceles reducidos del 2.5% bajo nación más favorecida, en lugar de reglas de origen estrictas del T-MEC.  

 

La IED china en México alcanzó 3,770 millones de dólares, casi el doble de niveles previos, fomentando fábricas de autos eléctricos y baterías que exportan bajo el T-MEC. Para México, estas prácticas refuerzan su rol exportador, sosteniendo 17 millones de empleos regionales y atrayendo nearshoring en automotriz y electrónica.

 

La presidenta Claudia Sheinbaum ha impulsado medidas como el alza de aranceles al acero chino en 2022, que redujo importaciones en 80%, demostrando un equilibrio entre apertura y protección. Esto alinea con su visión de soberanía energética y comercial, fortaleciendo la resiliencia ante volatilidades globales. 

 

Las implicaciones bilaterales son positivas: EE.UU. gana en eficiencia de cadenas de suministro, mientras México diversifica socios sin confrontar. Expertos como Joshua P. Meltzer del Brookings destacan la complejidad, pero ven oportunidades si hay coordinación trilateral.

 

Bajo la administración de Donald Trump, que prioriza el comercio justo, México negocia exenciones que preservan el flujo de 1.7 billones de dólares intrarregional. Proyecciones indican que, con vigilancia, México podría captar 10% más de IED en 2026, impulsando un crecimiento del PIB del 2.5%.

 

Esta interconexión no solo mitiga riesgos, sino que promueve un desarrollo compartido, beneficiando a consumidores y productores en ambos países. En esencia, México emerge como socio estratégico, navegando con astucia las dinámicas globales para un futuro próspero.

 

Fuentes: 


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