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Sheinbaum destaca victorias comerciales mientras la dependencia de importaciones de gas natural de México permanece alta

  • Foto del escritor: Redacción
    Redacción
  • 3 sept
  • 2 Min. de lectura
México debe diversificar sus fuentes energéticas para reducir la vulnerabilidad ante posibles interrupciones en el suministro de gas desde EE.UU., fortaleciendo la soberanía energética.
México debe diversificar sus fuentes energéticas para reducir la vulnerabilidad ante posibles interrupciones en el suministro de gas desde EE.UU., fortaleciendo la soberanía energética.

En un contexto de creciente interdependencia energética entre México y Estados Unidos, la presidenta Claudia Sheinbaum destacó este miércoles los avances en las negociaciones comerciales bilaterales, a pesar de que la dependencia de México en las importaciones de gas natural estadounidense sigue siendo elevada.


Durante su conferencia matutina, Sheinbaum enfatizó que el Plan México, su estrategia integral para la soberanía energética, ha permitido mitigar impactos de políticas arancelarias estadounidenses, pero reconoció la necesidad de acelerar la transición hacia fuentes renovables para disminuir la vulnerabilidad.


Según datos del Banco de México y la Secretaría de Energía (Sener), en 2024, el 89% de la energía del país provino de combustibles fósiles, con el 62% de la electricidad generada a partir de gas natural, mayoritariamente importado de Texas y otros estados sureños de EE.UU.

 

Esta dependencia se ha intensificado desde la reforma energética de 2013, que abrió el mercado, pero bajo la administración de Sheinbaum, se busca equilibrar con mayor control estatal.


Expertos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) indican que las importaciones de gas natural alcanzaron un récord de 8.5 mil millones de pies cúbicos diarios en el primer semestre de 2025, representando un aumento del 15% respecto al año anterior.


Esta cifra subraya la interconexión de las redes energéticas, con pipelines como el de Sur de Texas-Tuxpan suministrando el grueso del combustible. Sin embargo, eventos como el vórtice polar de 2021 recordaron los riesgos: interrupciones en el suministro causaron apagones masivos en el norte de México, afectando a industrias clave como la automotriz y manufacturera.

 

Políticamente, la visita reciente del secretario de Estado Marco Rubio resaltó la presión de EE.UU. para que México cumpla con compromisos del T-MEC en materia energética, evitando favoritismos a empresas estatales como Pemex y CFE.


Sheinbaum, climatóloga de formación, defendió su enfoque en renovables, anunciando inversiones por 10 mil millones de dólares en proyectos solares y eólicos para 2026, con el objetivo de alcanzar el 45% de generación limpia para 2030.


No obstante, críticos como la oposición del PAN argumentan que la priorización de CFE en el despacho eléctrico (al menos 54% según la reforma de 2024) desalienta la inversión privada, que ha caído un 20% en el sector.

 

Las implicaciones son multifacéticas: una interrupción en las importaciones podría contraer el PIB mexicano en un 2%, afectando el nearshoring y la atracción de inversiones extranjeras. Organismos como el FMI recomiendan aumentar la capacidad de almacenamiento de gas, que actualmente cubre solo 3 días de demanda, frente a los 10 días recomendados.


En el ámbito bilateral, Trump ha amenazado con tarifas si México no aborda migración y narcotráfico, lo que podría usarse como palanca en negociaciones energéticas. Sheinbaum insistió en un "diálogo respetuoso" para fortalecer la interdependencia, promoviendo joint ventures donde CFE mantenga el 54% de propiedad.


Este escenario prueba la resiliencia mexicana, pero urge acciones para transitar a una matriz energética más autónoma y sostenible, alineada con metas climáticas globales.


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